miércoles, 22 de agosto de 2012

Tarde, pero a tiempo

Estos últimos días, tras algunos acontecimientos que han sucedido en Cuba, me ha estado rondando por la cabeza una sensación: Que he estado demasiado tiempo sin pensar, opinar y debatir sobre lo que pienso de Cuba.
 Por mi experiencia de vida sé que lo que pienso yo es compartido por una gran parte de mi generación. Me atrevería a decir que por casi todos y por eso quiero expresarlo para buscar consensos y respuestas para el cambio. Los cubanos, desde hace 3 generaciones, hemos sido "educados" de una manera bastante peculiar. Se nos ha enseñado a odiar y a la vez a apoyar lo que nos dicen, sin dudar. Esa es la intensión, claro que cuando maduramos un poco comenzamos a cuestionarnos la imposición de ciertas ideas y preferencias. Yo vengo de una familia que ha tenido una destacada implicación en las ideas de la "Revolución" cubana, como muchas familias cubanas. No conozco personalmente a algún "disidente" cubano. (aclaro que pienso que disidente es casi todo el mundo en Cuba, solo que utilizan ese calificativo para referirse a los que se atreven de manera frontal a disentir exponiéndose a todos los peligros y vejaciones que ello implica) No necesito conocer a ninguno para pensar lo que piensan muchos de ellos: Que en Cuba no existe libertad de ningún tipo. 
 Tengo muchas cosas que contar sobre lo que viví en Cuba, sobre lo que pienso que debe suceder allá y sobre mis temores de lo que puede suceder. Pero eso es otro tema. Esta publicación solo va destinada a dejar claro que no pienso callar más. Me costó 12 años perder todo el miedo a expresarme. Mucho tiempo, si, pero ese miedo no venía ligado a mi, sino a gente que aún tengo en Cuba y quiero. Gente que por yo pensar y opinar podrían tener algunas consecuencias en su vida.

Es tarde, pero a tiempo.